sábado, agosto 25, 2007

...

El tiempo pasa y la mayoría de las veces no quiere esperar. ¿Acaso habías considerado eso? ¿Que la vida no se detiene? y tú tiendes a mantener la pretensión absurda de que a ti, ja!, se te va a hacer fácil poder recuperar lo que no has sabido cultivar en eternos ciclos de inconstancia. Y por qué tienes tanta seguridad, es que tienes algún método de esos ridículos que haces creer infalibles. No, tal vez sería mejor que comenzaras a darte cuenta de que no se detiene para ti. Y si no lo quieres aceptar, mira cómo ha seguido su camino acelerado sin pensar en lo que fuiste. Si, la vida, de ella te hablo. Y si no te da miedo es porque, en realidad, no aplicaste el debido respeto, porque por mucho que quieras hacer ver lo contrario las cosas para ti nunca fueron del modo en que las hiciste aparecer para todos los ojos ingenuos que, recuerda, solo por ahora están atentos a los movimientos falaces que has disfrazado de sutileza.

Ya es hora de que te vayas, pero esta vez sin un retorno incesante, sin las esperanzas consabidas y que te ayudaban a mantener esa seguridad barata; porque era falsa.

Tu camino se torna sombrío, lo verás en cada detalle de tu andar errabundo, en cada cara que repudie esos ojos furibundos que entregues ante sus negativas, las mismas que te solían dejar en el enfado que consumió tu candidez. Ya no probarás las palabras revitalizadoras que... ya, la verdad es que me cansé, porque me estás haciendo caer en tu juego asqueroso, ese que sueles esconder en confusiones aprovechadas, porque abusabas de mi buena voluntad. Asco. Mira, yo me quedo en mi bienestar y mi simpatía, en mi paz y frugalidad y tú en tu nada.
Y ya te veo... en aquella plenitud ridícula, con esa bastarda sensación de amor inconcebido, porque reconócelo, no lo tuviste.

martes, agosto 21, 2007








En honor a ti:




¿Por qué te fuiste?
Ahora que me siento entre ahogantes estallidos de amargura, me parece que nunca hubiera importado nada. Sabes, no puedo creer que tanto haya pasado, cómo me pudiste mentir así, cómo pudiste permitir... y por qué ahora, no lo puedo creer, por favor, no, no, no, no. Cuánto quieres que lo grite, si mis oídos ya quedaron sordos de tanto gritar, si ya ni siento la voz de tanto implorar. ¡Mentira! ahora sí que siento que te odio, por tu maldad, ¡ingratitud!
Ni siquiera puedo escribirte, me robaste todo... me rajaste el alma, ¿sin saberlo? no lo creo, mierda.
Exploto, palabras vanas para este sentir inefable. Tan injusto este sufrir, amargo, ácido de ti.
Ahora que estoy en grietas te vas a caminos mejores, que te vaya mal, porque no quiero nada para ti, solo que... solo que no sé ni lo que digo. Hasta esto lo echaste a perder.
Espérame un poquito, nada más.
Báñate en tu nada, mal ser.



Te acuerdas, ahora que repudias lo que fui, de todas las veces en que me convertí en tu andar cansado. Recuerdas, ahora que me olvidas entre recuerdos del pasado incierto - eterna verdad - cómo respiraste a través de mí. Piensas, ahora que te forjaste de hierro fútil, cuántas veces bebí de tus lágrimas para saciar esos gritos que en tu mente enferma manaban sin cesar y que te atormentaban y te perseguían y no te dejaban querer, porque ya no había ese sentir sobrehumano en tu alma podrida por el cansancio de un trepar errante por las colinas de tus sentimientos, los que no conocías. Así, solo tú puedes ser así. Solo tú puedes mirar hacia otro lado, en tu nube putrefacta, tratando de ignorar lo que no puedes comparar, porque nunca más lo vas a hallar. Húndete, profundo, entre mis recuerdos, que aunque los quieras borrar, son parte de ti.
Fuiste lo que yo quise por el tiempo que tú lo deseaste; funesto juego que me obligaste en que me obligaste a participar. ¿Y para qué, si sabías que te ibas a hacer ganar?
Quédate en esa lastre de vida mediocre, que yo acá seguiré hablando desde mi ponzoña, que tú mismo cultivaste y ahora se cosecha sola, mala cría igual que tú.

Y te seguiré esperando en mis sueños efímeros, creyendo que así será; aunque ya no quiero dibujarte más, ¡vete! no me dañes más.

jueves, agosto 16, 2007


¿Te gusta el verde?
Me encantaría ser verde, que fueramos verdes, perpetuamente y...

verte

enredar,

rapidamente,

dentro de mi mente

entre el intenso verde presente,


en

todos

mis sueños

real maravillosos,


Para siempre,

mi verde verdad.

sábado, agosto 04, 2007


Me encanta la mezcla de los colores, cómo se van juntando y formando los pensamientos; qué maravilloso. Me encanta sentir cómo van mostrando lo que mi mente quiere pensar, y a veces no es fácil de adivinar, incluso para mí. Me encantaría ser colores, en todo momento. La verdad, la verdad es que ahora también debo confesarte que me está haciendo un profundo efecto la pastilla que me tomé. Es que ahora cada vez que siento que me voy a enfermar me "empepo" de inmediato, para evitar evoluciones negativas, no sé si me entiendes jaja, es realmente cómico, pero efectivo. Y también que mi vida me pide que sea de colores. Claro. No puedo dejar ese aspecto de lado. De hecho me he dedicado profundamente a escuchar canciones que solo me hacen pensar en los colores, más colores, ojalá bien rojos y naranjos, cálidos, para que me den vida. Amo la música en portugués, bien brasileña. Pero no solo me refiero al axe jaja, no te creas que estoy tan mal. Aunque igual lo coloqué, para que ser hipócrita. Amaría una fiesta de la primavera. Sería lo mejor que me podría pasar. Te recomiendo, si quieres sentirte con harto ánimo, que escuches a Daniela Mercury, te juro que es igual de linda que la Elis. Ya, me despido, no quiero hablarte más.
Qué torpe yo, pero así es.
te quiero, lo digo en chiquitito.
adiós!
ah
ah
ah
ah
ah, jaja.
Oye, sin reirte, ya. NO es que haya querido ofender al autor mezclando mis colores pálidos y desteñidos con su expresión magnífica.
Pero me sentí tan así entre los colores, como mirando los colores amorosos desde lejos, anhelando ser ellos. Así me sentía, nunca lo supiste...
Lo msimo, pero ahora en su totalidad.
aDiós!, en serio espero que te acompañe.